Ideario
IDEARIO EDUCATIVO – 2022
“Entendemos como IDEARIO, el proyecto de hombre y mujer que se busca realizar y que da sentido a toda la labor educativa. Ofrece una clara definición de los fines fundamentales y de él surgen los objetivos o metas concretas, inmediatas y eventuales que orientan la tarea de una institución”.
INTRODUCCIÓN
El Instituto fue inaugurado oficialmente el 3 de marzo de 2010, con la finalidad de brindar excelencia educativa y acercar a los niños y a sus familias a Dios, para formar sus vidas, y ofrecerles los medios que en su niñez y madurez aseguren su vida religiosa. Actualmente prioriza dos ejes fundamentales, los cuales son el horizonte que guía y orienta la tarea que se realiza.
✓ Eje 1: Calidad educativa.
✓ Eje 2: Formación Integral- Humanista.
La Institución se basa en los principios establecidos por la Conferencia Episcopal Argentina en el documento “Educación y Proyecto de vida”, y asume como propio el desafío de “salvar al hombre de la deshumanización, ayudarlo a encontrarse a sí mismo y a ubicarse frente a su destino rescatando los valores espirituales de la esclavitud del materialismo y del hedonismo. La labor fundamental de nuestra misión como Instituto Humanista Católico es: humanizar y personalizar al hombre para crear en él, el lugar donde pueda revelarse y ser escuchada la Palabra de Dios.
INSTITUTO BICENTENARIO – MARÍA REINA
Esta Institución pertenece el Arzobispado de Salta. Es una escuela pública de gestión privada, ligada a la Parroquia María Reina en su proyecto pastoral de Evangelización.
Entendemos que una escuela, tal como lo expresa el documento “La Escuela Católica” es el “ámbito específico de formación integral de la persona humana, a través de la comunicación sistemática y crítica de la cultura. La escuela es verdaderamente un lugar privilegiado de promoción integral mediante un encuentro vivo y vital con el patrimonio cultural”.
Es una escuela católica y como tal en su proyecto educativo, Cristo es el fundamento:
Él revela y promueve el sentido nuevo de la existencia y la transforma capacitando al hombre a vivir de manera divina, es decir, a pensar, querer y actuar según el evangelio. Precisamente la escuela es “Católica” por que los principios evangélicos se convierten para ella en normas educativas, motivaciones interiores y metas finales.
Nuestra meta es conducir a los niños al encuentro con Jesucristo vivo, Hijo del Padre, hermano y amigo, Maestro y Pastor misericordioso, esperanza, camino, verdad y vida; y lo hace colaborando con la construcción de la personalidad del alumno, teniendo a Cristo como referencia. Dicha referencia le ayudará al alumno a ver la historia como Cristo la ve, a juzgar la vida como él lo hace, a elegir y amar como él, a cultivar la esperanza como él nos enseña y a vivir en él la comunión con el Padre y el Espíritu Santo. Situada nuestra escuela en la Iglesia, comunidad de creyentes, logra vivir con libertad e intensamente la fe, anunciarla y celebrarla con alegría en la comunidad parroquial, para respetar y amar al prójimo, para servir a los demás, y así lograr la transformación de la sociedad. Teniendo en cuenta lo expresado anteriormente la escuela católica deberá:
✓ Ser una verdadera comunidad educativa formada por todos los que la integran.
✓ Integrarse a la comunidad barrial y estar abierta a la comunidad provincial y nacional.
✓ Estar siempre abierta al diálogo.
✓ Partir de la escuela para llegar a la comunidad, transformando la misma escuela en centro cultural, social y espiritual de la comunidad.
✓ Partir con y desde de los hijos para llegar a los padres y a las familias.
La esencia de la escuela católica es “ser comunidad de hombres que comparten un mismo proyecto educativo y unen sus esfuerzos para hacerlo realidad”.
La escuela católica debe constituirse en comunidad que tienda a la transmisión de valores de vida. La colaboración responsable para llevar a cabo este común proyecto educativo es considerada como un deber de conciencia por todos los miembros de la comunidad: docentes-personal-padres-alumnos, y esta participación vivida con espíritu evangélico es un testimonio que no solo edifica a Cristo en la comunidad, sino que lo irradia y se convierte en signo para todos.
LOS DESTINATARIOS DE ESTA EDUCACIÓN
Desde esta concepción, nuestro objetivo es formar a hombres que valoren el sentido de la vida, el por qué y el para qué del existir, conciente de ser una unidad bio-psicoespiritual, una presencia conciente y creadora en el mundo, confiada en su libertad y responsabilidad, en medio de otras personas con las que no solo debe convivir, sino autoconstruirse mediante la intervención con ellas para responder así al llamado de una misión trascendente.
Esta institución desea fortalecer la relación y la colaboración con los padres de familia y piensa en una educación de calidad a la que tienen derecho y acceso todos los alumnos y alumnas de nuestra comunidad, de nuestros barrios. Esta escuela se fundó para educar a los niños de la comunidad de la Parroquia María Reina, pero está abierta a niños y niñas de distintos lugares de la zona sur de la ciudad de Salta, cuyos padres, principales educadores, y demás miembros de la familia deberán conocer y compartir los objetivos de esta Institución y se comprometan a colaborar en la tarea de educar desde su lugar. Haciendo referencia a diversos documentos eclesiales: “La educación de la niñez es deber y derecho primordial de la familia, por eso la escuela quiere estar en contacto con los padres para que la tarea educativa se realice de común acuerdo y en completa armonía”.
Nuestra misión es educar a todos los que acepten el desafío de vivir este ideario, incluyendo a personas con culturas, capacidades y necesidades diferentes.
HUMANISMO Y LIBERACIÓN
La forma de educar del Instituto Bicentenario – María Reina Nº 8.215, tiene un carisma propio basado en los objetivos de humanizar y personalizar al hombre logrando que éste desarrolle plenamente su pensamiento y su libertad, haciéndolo asimilar los hábitos de comprensión y de comunión con los cuales el mismo hombre humaniza su mundo, hace cultura, transforma su sociedad y su historia. Humanizar es educar en la libertad y para la libertad, y la educación es el único camino posible para incorporar la libertad al sentido de la vida. Educar es una ardua tarea para ayudar al hombre a superar sus esclavitudes y sus miedos a la libertad. Sentirse hombre requiere sentirse dueño de elegir, sentirse dueño de hacer. Sólo por el camino de la libertad siente el hombre que la vida es su vida.
En esta misión de educar en libertad, cobra sentido y necesidad la presencia de la Virgen, María Reina, patrona de la parroquia, impregnándonos de su carisma y de su amor incondicional, porque con ella, madre y maestra, nuestra tarea de educar a la persona humana adquiere un sentido trascendente y propio, porque se tiene certeza de que esta educación humanizante y personalizadora prepara al hombre a vivir en comunidad, liberándolo de toda esclavitud para dejarse cautivar sólo por Cristo.